Lo más importante es nuestra actitud, hemos de mostrarnos tranquilos y relajados para ser una referencia de calma y mostrar que para nosotros, los petardos no representan un peligro o una preocupación. Nuestras emociones influyen directamente en nuestros perros, por lo que cuanto más relajados estemos nosotros, más se podrán relajar ellos.

Cada perro tiene su forma de mostrar su miedo a los petardos. Si nuestro perro decide refugiarse en nosotros, debemos mostrarle nuestro apoyo, podemos acariciarlo para que se relaje de forma tranquila y natural, sin mostrar preocupación y con total normalidad.

Muchos perros, ante los petardos, se refugian debajo de la cama o en alguna esquina de la casa donde se sienten más seguros. En este caso, debemos respetarlos y no molestarlos ni intentar sacarlos de aquel lugar, ya que aumentaría su inseguridad.

Por otro lado, si el perro reacciona ladrando a los petardos o yendo de un lado al otro de la casa sin parar, hemos de respetarlo también y, sobretodo nunca castigar la conducta. En este caso, podemos probar de distraerlo con algún juguete o algo que le guste, pero mostrando en todo momento normalidad y tranquilidad. Podemos sentarnos en el sofá a ver la TV o leer un libro, de esta forma verá que nosotros no estamos preocupados.